Existen diversas teorías acerca del origen del nombre de Andosilla, basadas principalmente en la etimología. La documentación medieval ofrece numerosas variantes del topónimo. Los testimonios más antiguos datan de los siglos XI y XII: Andoçella (1066), Andoxella (1087) y Andosella (1099, 1170). En los siglos XIII y XIV se registran formas como Andossieilla, Andossieylla, Andosiella y Andossiella. A partir de entonces se consolidó la forma actual, Andosilla. Una de las teorías más difundidas sostiene una procedencia vascona, apoyada en descripciones de geógrafos romanos y en la etimología defendida por autores como Arturo Campión. Durante siglos se vinculó a Andosilla con la población vascona de Andelos, mencionada por Ptolomeo y Plinio el Viejo. En el siglo XVIII, el padre José de Moret defendió esta identificación, compartida por eruditos como Arnaud Oihenart y Prudencio de Sandoval. Sin embargo, a mediados del siglo XX esta hipótesis fue descartada, tras los trabajos de la arqueóloga María Ángeles Mezquíriz, que situaron Andelos en el actual yacimiento de Muruzábal de Andión (Mendigorría). Otra teoría fue planteada por el historiador Julio Altadill en el primer tercio del siglo XX. Según este autor, la denominación más antigua habría sido Andola, de origen godo, lo que permitiría vincular la fundación de la villa a época visigoda. Como argumento, Altadill señalaba la aparición del término Andola en un escudo reproducido en un códice policromado de 1559 relativo a un pleito entre Andosilla, Azagra y Funes. No obstante, en la documentación escrita de dicho proceso únicamente se menciona el topónimo Andosilla, sin referencia alguna a Andola.

 

ÉPOCAS PREHISTÓRICA Y PRERROMANA

En el término municipal de Andosilla se han identificado una docena de yacimientos arqueológicos distribuidos por diversos parajes. Aunque no se puede afirmar la existencia de núcleos estables de población en la Prehistoria, sí parece innegable la presencia de grupos humanos itinerantes desde fechas muy antiguas. Los primeros asentamientos estables corresponden a población vascona, enriquecida a partir de la Edad del Hierro con aportaciones culturales de pueblos extranjeros que introdujeron su lengua y sus costumbres. Según los arqueólogos e historiadores Luis Michelena y Julio Caro Baroja, en el territorio de los vascones, donde se incluía Andosilla, el euskera y sus variedades dialectales estaban implantados antes de la romanización. La situación geográfica de Andosilla, próxima al río Ebro, situaba el enclave en la zona meridional de la denominada Vasconia, con el río como frontera natural frente a los pueblos celtíberos. La condición fronteriza de la zona la expuso a las invasiones indoeuropeas del siglo I a. C., lo que provocó que en áreas del sur de Navarra y Rioja Alavesa la lengua vasca perdiera relevancia frente a la expansión de lenguas celtas y celtíberas.

 

ENEOLÍTICO 

Los restos más antiguos documentados en Andosilla se remontan al Eneolítico (ca. 2600-1700 a. C.). En este periodo se consolidaron la agricultura y la ganadería, con asentamientos en poblados al aire libre, y se perfeccionaron las técnicas de talla y retoque de la piedra. En el municipio se han localizado piezas de industria lítica en sílex, como hachas pulimentadas, en yacimientos como Las Roturas I, Los Perillos-La Rozuela y San Bartolomé-Las Conejeras. Las prospecciones de 1996 recuperaron escasos materiales, pero investigaciones anteriores habían identificado hallazgos de interés.

 

EDAD DEL BRONCE

La Edad del Bronce (ca. 1800-700 a. C.) supuso el inicio del aprovechamiento de recursos metálicos. En Andosilla destacan los hallazgos del yacimiento de Resa I, donde se han encontrado también restos de épocas romana y medieval, lo que sugiere una larga ocupación. Otro punto relevante es Las Roturas II, en un cortado sobre el río Ebro, donde igualmente se han documentado materiales de distintos periodos históricos.

 

EDAD DEL HIERRO

La Edad del Hierro (siglos VIII-I a. C.) estuvo representada en Andosilla por el poblado fortificado de Campiestros II, localizado en prospecciones de 1996. El yacimiento, situado en una serrezuela junto a la carretera Lerín-Falces, contaba con un foso defensivo y ha proporcionado abundantes restos de cerámica.

 

ÉPOCA ROMANA

La romanización de la península ibérica (siglo I a. C.- siglo V d. C.) introdujo transformaciones en ámbitos como las comunicaciones, la economía, la urbanización o la cultura. En Andosilla se ha sostenido tradicionalmente que la villa se originó en este periodo, sobre bases poblacionales previas, aunque no está probado que el emplazamiento coincidiera con el actual. Se han identificado siete yacimientos romanos en el término municipal, vinculados sobre todo a villas y establecimientos rurales agrícolas situados en torno al río Ega. Entre ellos destacan:

Campiestros I, con abundante material disperso.

Urdazal, con importantes restos cerámicos localizados a finales del siglo XX.

La Currilla, con cerámicas altoimperiales (siglos I-II d. C.).

El Campo, con materiales bajoimperiales (siglos III-IV d. C.).

Camino de San Adrián, con cerámicas de los siglos II-IV d. C.

Las Roturas I, con restos de época romana.

Resa I, con lotes cerámicos de época altoimperial.

A comienzos del siglo XX, el historiador Julio Altadill defendió la hipótesis de una fundación romana de Andosilla, basándose en los restos arqueológicos recuperados en la villa. El carácter fronterizo del territorio, en la confluencia de Navarra y La Rioja, quedó reflejado en textos tardorromanos. La identidad vascona de la zona, enriquecida por contactos culturales diversos, pervivió tras la caída del Imperio, manteniéndose también en época visigoda y musulmana.

 

PERIODO VISIGODO

Entre mediados del siglo V y comienzos del siglo VIII, los reyes visigodos dominaron la península ibérica. En la actual Navarra, sin embargo, la presencia visigoda fue limitada y el control efectivo recayó en las élites locales. Las fuentes documentan enfrentamientos entre vascones y visigodos hasta la llegada de los musulmanes. El territorio de Andosilla, situado en la confluencia de los ríos Ega y Ebro, pudo constituir una zona de paso de contingentes visigodos expulsados de la Galia por los francos en el siglo VI. No obstante, la información sobre este periodo es escasa y en buena parte hipotética.

 

Vista aérea de Andosilla en la década de los años 60 del siglo XX